La conocí mediante mis compadres Ruperto y Gioconda. Ella era una mujer amable, madre de dos niños, en aquel entonces y que con su sencillez y humildad, irradiaba una alegría envidiable. Siempre tuvo presente su familia, porque me los mencionaba, de licey al medio y USA. Era una Mujer de temple -como decimos los dominicanos- de una sola cara, leal, amigo del amigo y si te consideraba su familia, ufff, la mejor; y más que todo, creyente en Dios. Tuve el privilegio de que los padres de mis ahijados : roi y sherry, nos unieran como compadres de estos hijos también nuestros, ahí conocí esa gran mujer ! Dios quiso que su paso fuera así, duro el tiempo que el le tenia guardado. Pido a nuestro creador, que le tenga en su reino y si nos da la oportunidad, me gustaría volver a verle. Dios te guarde comadre!